IGLESIA SAN FRANCISCO DE LA MONTAÑA

Del edificio del siglo XVIII no queda más que la portada oriental y la estructura de postes y vigas de madera, ya que todo fue demolido en 1937 y remplazado por la estructura actual.  En la actualidad la iglesia tiene unos 25 x 11 m y tiene tres naves. 

La importancia de la iglesia radica no en su estructura sino más bien en sus nueve retablos tallados, todos originales del siglo XVIII, que por su policromía (de varios colores) y delicada talla son los más significativos de la región. Estos retablos o altares están dedicados a San Francisco de Asís (el altar mayor); a la Pasión o del Santo Cristo; el de la Purísima; el de San José; la Virgen del Carmen; San Antonio; las Ánimas del Purgatorio; la Virgen del Rosario; y el de Santa Bárbara. Todos son finamente trabajados en madera y según las fuentes históricas, fueron labrados en el mismo poblado o en la región circundante por artesanos locales.